PUNTA CANA. David Ortiz ya mentaliza su vida fuera del sudor de los diamantes dentro de un año, pero si además del amor al juego hay algo que lo motiva a mantenerse cerca del béisbol, así sea como comentarista es no perder el poder de convocatoria para el torneo benéfico de golf que realiza y que en su octava edición ha confirmado su “arrastre”.

“Esto de la fundación espero que continúe a este nivel. Sabes que las cosas se tornan un poco difíciles cuando tú no estás en la pantalla chica, pero he creado una relación muy buena con todo el mundo, y espero que eso se mantenga después de. Mira a quién tengo a mi derecha (Josh Donaldson). Cuando puedes traer a alguien así sabes que hay una conexión más allá, hay una amistad, un ‘tú eres mío’, por eso estos tigueres se tiran para acá”, dijo Ortiz.

El hotel Santuary de Cap Cana y el campo Punta Espada acoge desde el jueves a personalidades del mundo del deporte, el espectáculo y el cine en una competencia benéfica para costear operaciones de corazón abierto a niños del país y el Estado de Nueva Inglaterra.

Imortales como Jim Rice, Barry Larkin, Pedro Martínez, actores como Eliza Dushku, Omar Miller, Mekhi Phifer, Anthony Mackie y Josh Wolf o el ex NBA Ray Allen son parte de los presentes en el encuentro, que culmina esta noche.

Una motivación inculcada por su madre y que el toletero de 40 años confiesa que nunca imaginó podía darle tanta satisfacción.

De hecho, el número 34 que Ortiz lleva en su uniforme puede ser el próximo que se retire en el Fenway Park, una experiencia que ya vivió este año cuando los Medias Rojas retiraron el 45 de Martínez.

Pero siente que el reconocimiento que hizo CEDIMAT al bautizar una sala de cirugía con su nombre es la distinción que más satisfacción le ha dado.

“Que te retiren el número es algo muy emotivo. Pero si a mí, David Ortiz, me preguntas ‘¿qué prefieres que te retiren el número o que te abran otra sala de operar niños para salvar más vidas?’, te digo quédate con el número, vamos a abrir otra sala porque para mí salvar vida no tiene precio. Eso es algo que está por encima de cualquier ser humano”, dijo Ortiz.

Una niña que tenía 13 años que fue parte de la primera promoción de operados por la fundación ya es adulta, estudió, trabaja y es madre. Es de los ejemplos que lo estimulan en una iniciativa que ya supera las 500 cirugías, incluyendo 70 este año.

“Les digo a las celebridades que cada vez que me apoyan están salvando vidas, ese es el objetivo, seguir salvando vidas. Este evento de una manera u otra ha promovido el turismo aquí, son muchas las personas que han venido y cuando ve lo bello que es nuestro país comienza a correr la voz”, indicó el Big Papi, que comenzó la actividad con la broma: “Déjame sentarme jevi para que crean que tengo dinero”.

Se quiso ir por la puerta grande

“Esto (el retiro) no lo hice a lo loco. Sé que lo cogió de sorpresa a ustedes, porque yo todavía meto mano, pero creo que lo mejor que puede tener un ser humano es cuando está seguro de lo que puede hacer, y ese ha sido el caso mío”, dijo Ortiz, que en 2016 jugará su último curso tras una carrera de 20 años.

“El problema es que cuando te convierte en una súper estrella en el juego la gente siempre espera que siempre seas de ese nivel y, lamentablemente, no es así. Según te van pasando los años, vas entrando en edad, las habilidades se te van yendo. Yo estoy poniendo buenas temporadas, pero tengo que matarme más de la cuenta, más de lo que lo hacía anteriormente y es porque ya no tengo 20 años”, explicó el bateador designado más productivo de la historia.

“Me senté un día frío en mi casa y dije, ‘ven acá, qué estoy esperando del béisbol, empezar a tener malas temporadas para que la gente después... ya yo he logrado casi todo en el béisbol y estoy muy complacido con la carrera que he tenido’. Ya le he dedicado más de tres cuartos de la vida mía al béisbol, ya yo creo que empecé a llegar a, o no creo, estoy seguro de que llegué al punto del cual yo quiero ya dedicarme a todo lo que yo he creado alrededor mío, ponerle más atención”.

Por Nathanael Pérez Neró 

 
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